Una visita a Hyde Park en bicicleta te hace olvidar de un mal día, un mal momento, te liberas de la irritabilidad, agresividad, intolerancia; a medida que pedaleas te sientes libre y llenas tu ser de Amor, escuchas tu música, la que llevas dentro de ti y tienes para darle al mundo.
Te encuentras con tu amigo de infancia y siguen pedaleando juntos, creando una sola sinfonía llena de armonía, una relación que construye puentes, donde cada cual da de lo que el otro necesita y así vibran en empatía, simpatía, resonancia y comunicación.
Cuando vamos en bicicleta en compañía de nuestros amigos estamos estrechando nuestra relación, viviendo momentos llenos de ternura.
Si seguimos avanzando en bicicleta y vamos a un ritmo mas rápido con nuestra respiración fluida y observamos al mundo desde nuestros corazones, desde la amistad, nuestro ritmo cardiaco, nuestro campo electromagnético y nuestro funcionamiento físico se hace coherente, se convierte en un ritmo sanador.
Cuando mis ojos miran al mundo con los ojos del corazón, estoy aprendiendo a escuchar mi propia música, la música que emite mi corazón llena de armonía, cuando mas feliz estoy se emite la nota de la ternura, que contagia todo nuestro alrededor de Amor.
En un lindo lago rodeado de un hermoso jardín con muchas flores de colores, unas pequeñas de color lila y otras mas grandes de color cereza nos detenemos un momento a realizar nuestro ritual de desarrollo, nos sentamos frente a frente nos miramos fijamente a los ojos y buscamos leer en el otro comprensión, cariño, ternura, una imagen blanda para tocar, alguien para acariciar, en este momento estamos incluyendo a la otra persona en nuestra vida.
Estando de regreso a casa, me pierdo encontrándome con mi amigo interno en un lugar particular, un puente que esta en medio de un lago cristalino donde se refleja mi rostro, saludo a mi amigo interior, nos miramos frente a frente llenos de ternura, me excuso por el abandono, insensibilidad, intolerancia, inflexibilidad y desamor porque me había olvidado de mi amigo interior. Empiezo a dialogar con mi amigo interior a contarle todos mis proyectos, los que me hace sentir viva, cuando me siento plena, y que me inspiran, mi alma empieza a vivir una realidad fantástica y a entender que el mundo empieza y termina en uno.